A veces se nos mete en la cabeza es pregunta de que: ¿por que hago lo que hago?
¿Que me hace levantarme temprano , preparo mis cosas y me planto ante un grupo de espíritus jóvenes que por momentos me hacen salirme de mis casillas?
¿Que enigma personal se esconde detrás de mi intención de enseñar?
Tal vez solo sea para para sacar para la "papa"...
O tal vez se esconde un intencion necia de querer hacer algo para poder mejorar en algo este mundo en el que vivo.
Después de mas de 30 años de andar en esta labores de compartir lo que se con algunos que desean conocer algo de teatro , me di cuenta de que por mucho tiempo hice el trabajo docente de manera inconciente: no sabia por que lo hacia. Si bien me gustaba, no tenia claro bien a bien las razones que me metieron en esta magica y maravillosa actividad de proyectar hacia el futuro la experiencia humana por medio de este intercambio que conocemos como ENSEÑANZA -APRENDIZAJE.
¿Que dice de mi persona la actividad que decido llevar durante toda mi vida?
¿Soy lo suficientemente capaz en lo humano y en lo didáctico para responsablemente enseñar?
¿Vale la pena todo este esfuerzo?
Esta y muchas preguntas mas han aparecido durante mi vida docente. Algunas he logrado contestarmelas.Pero otras siguen en el tintero esperando.
Una de esas preguntas consiste en tratar de convencerme de seguir haciendo este trabajo a pesar de lo caótico que es el mundo de estos días.De pronto es descorazonador ver como nuestra sociedad ha caído en un pozo que no parece tener fondo y que la sensación de caída ya se alargo por muchos días, meses, años.Si es descorazonador para mi que ya tengo mas o menos construido mi mundo,ya me imagino la angustia y el escepticismo de un joven que ademas ,en su mayoría, de hogares o disfuncionales, o violentos o bien desapegados de los intereses complejos de un adolescente.
Pero aun asi , aqui estoy, teniendo una terca idea de que puedo ayudar a potenciar las habilidades de un ser humano en formación con la esperanza de que pueda ser feliz y ya seria ganancia el que este o esta joven pueda aportar algo positivo a la experiencia humana.
me siento afortunado,pues hago lo que mas me gusta hacer: actuar,enseñar y contar historias...¡y me pagan por hacerlo!
Pero aun asi , aqui estoy, teniendo una terca idea de que puedo ayudar a potenciar las habilidades de un ser humano en formación con la esperanza de que pueda ser feliz y ya seria ganancia el que este o esta joven pueda aportar algo positivo a la experiencia humana.
me siento afortunado,pues hago lo que mas me gusta hacer: actuar,enseñar y contar historias...¡y me pagan por hacerlo!
Siento que la manera mas completa de vivir mi propia vida es haciendo lo que tengo ganas de hacer. No me imagino que pueda ser de otro modo.Yo tome mis decisiones. Nadie me obliga a hacer nada que yo no quiera hacer. Y este punto es fundamental en mi intención con la enseñanza: Propiciar en los jóvenes el que aprendan a decidir sus propias vidas , el que ejerciten esta fabulosa posibilidad que conocemos como LIBERTAD de elegir.
Pero me parece otra pregunta:..¿Los docentes sabemos elegir? ¿No arriesgamos los maestros a defender nuestras elecciones personales?...Lastimosamente no son la mayoría los que jugamos a ser realmente libres.
Participo con un extracto de un texto que realicé para un diplomado que curso.
ResponderEliminarEn algunas tribus norteamericanas el proceso educativo no se circunscribía únicamente al hogar. Cualquier integrante de la comunidad estaba facultado para transmitir sus conocimientos a cualquier niño entendiendo que esto beneficiaba a la comunidad y permitía su existencia. El compromiso con la comunidad era tangible e ineludible.
Podemos apreciar de igual manera en varias películas mexicanas de los años cincuenta del siglo pasado, como el profesor era un claro referente social. Ente cargado de sapiencia que era consultado en casi todas decisiones de importancia para la comunidad y que igual participaba en varios ámbitos que iban desde planificador hasta orador. Todo era producto de su condición: guía cultural de la población.
En ambos casos es detectable el compromiso que quienes educaban tenían con la educación y la comunidad. En la actualidad, al docente se le posiciona como un agente protagónico de la RIEMS y que incuestionablemente lo es. Sin embargo no debemos perder de perspectiva que somos parte de un sistema al servicio de la juventud y que las demás partes de la maquinaria, por pequeñas que seas, son necesarias para un correcto funcionamiento.
Replantear la función docente y reposicionar al profesor como referente social son, en mi perspectiva, el mayor compromiso que debemos asumir quienes nos dedicamos a los servicios educativos. Esto va más allá de cualquier reforma y es necesario para todas. Lograr evolucionar desde la individualidad para una mejor interacción en la colectividad. Implica librar incluso una cruzada contra el protagonismo educativo, tan persistente y tan nocivo, entendiendo que en nuestras aulas, cada día, frente a nosotros, pasan los próximos ciudadanos o los posibles delincuentes y que cual fuere el resultado tenemos un grado de responsabilidad.
¿Cómo sortear filiaciones sindicales, puntos de vista opuestos, animadversiones y hasta filosofías educativas si no es apostando a la madurez y contribución a un proyecto educativo sólido y congruente con nuestra realidad?
Por mi raza hablara el espíritu citó Don José Vasconcelos. Por el maestro, su trabajo.
Saludos!
Parafraseando el título de un libro -excelente, por cierto- de Fernando Savater, hago hincapié en el valor, de valentía, de ejercer la educación como estilo de vida.
ResponderEliminarHoy, aún 18 de agosto, desee compartir con la comunidad una serie de videos iniciando con uno de George Carlin, An American Dream. Al término del mismo solo escuché, atinadamente, "no dijo nada nuevo".
En efecto, nada nuevo. Ni en el contenido, ni en la reacción. La idea de presentarlo me surgió de la experiencia, en mi grupo del diplomado en competencias, de la queja constante, del no se puede, del no hay, del es un desmadre, del no nos dan, de la impotencia.
Pero, ¿qué hacemos? ¿no hay estrategias? ¿un plan B? Sigo en mi posición de que la estrategia contra las condiciones adversas no es convulsionar una ciudad, ver enemigos en todos lados, hacer boxeo de sombra... Es, simplemente, educar, educar con pasión, con responsabilidad, con proyecto, con solidaridad, en el marco de una comunidad docente y con un proyecto en la mano.
El valor de educar es eso, que a pesas de las condiciones se cumplan los objetivos, se cierre el curso, que egresen los estudiantes, que cumplamos el compromiso nunca firmado con ellos, con sus familias, con el país.
¿Y si todo eso que hacemos, que hemos hecho bajo esas condiciones, ahora intentáramos hacerlo con un plan y una estrategia social? ¿qué creen que pasaría? Solo hay una manera de saberlo... A fín de cuentas, ¿que no somos los docentes los poseedores del conocimiento?